“No somos más ‘regionales’, somos más ‘internacionales’”.
Carin León en una entrevista a AP, en el marco de los Premios Juventud del 2023.
Ese discurso lo comenzaron a usar otros artistas mexicanos desde entonces. La Banda del Recodo, por ejemplo, le dijo a este medio que “la música sinaloense ya no puede denominarse como regional mexicana” porque ellos han rotado y se escuchan en los cinco continentes. En los años 60 el cine mexicano fue el vehículo que llevó la música mexicana a otros países. La puerta que abrió este camino en los últimos años, fue la de los corridos tumbados, aunque ya había antecedentes en las generaciones previas con artistas como Selena Quintanilla, quien había trazado ese camino al mercado estadounidense con el tex-mex. La primera canción, de esta nueva generación, en aparecer en los listados de Billboard fue “Ella Baila Sola” de Peso Pluma con Eslabón Armado. Que la regional mexicana haya tenido la expansión que ha tenido se debe a un mix de aspectos. La estética visual sencilla, pero con instrumentación en vivo; la apuesta de las plataformas de streaming musical por visibilizar sus géneros; las colaboraciones con artistas reconocidos de otros ritmos, pero hay algo fundamental: el territorio que la escucha.
“En el caso del Grupo Frontera, que hace mucha cumbia, es algo que suena mucho en países como Argentina y Chile. Pero creo que el regional mexicano es un tema que se sigue expandiendo alrededor del Cono Sur y Suramérica, pero hay artistas que suenan más en un territorio que otro”, asegura Ramírez. En Estados Unidos residen cerca de 36 millones de mexicanos, según un informe de reporte Música México (2022), Esa diáspora mexicana ha irradiado la música de su región a Estados Unidos, a México, Latinoamérica y quiere seguir expandiéndose.
“Si tú tienes un consumo muy alto de música en territorios como Estados Unidos y México es suficiente para entrar a un chart global”.
Explica el bogotano Miguel Ramírez, quien hace management de artistas en BorderKid Records, la disquera del mexicano Edgar Barrera, ganador de 26 Grammy Latinos.
En los Grammy Latinos la regional mexicana ha contado con el apoyo de la Academia y hoy figuran un total de seis subcategorías, a pesar de que en las categorías principales, como “Álbum del Año”, ”Canción del Año” y demás, no han tenido mayor protagonismo, como en se vio en esta última edición.
Hay toda una historia con la música regional mexicana y la música popular en Colombia. Ese mismo cine de los años 60, que ayudó a difundir en los países latinos la música mariachi, llegó a Colombia con ímpetu. La región que lo prefirió fue Antioquia, quien abonó el terreno para crear la “música de despecho”, que más tarde llamaron “música popular” y que ahora, para acercarse más a la industria mexicana, se habla de la “música regional colombiana”, aunque los mexicanos ya no quieran que los denominen como “regionales”. Ya no solo es Antioquia la que consume este género. En Bogotá, los nuevos artistas han llenado arenas y venues, como el caso de Peso Pluma, artista más escuchado en el país, Grupo Firme y otros como Grupo Frontera, que han hecho parte del cartel del Estéreo Pícnic, festival de música pop y alternativa. Otro de los que es más escuchado (segundo lugar) y ha visitado el país es Carin León, quien, además de la capital, ha rotado por otras ciudades como Medellín, Cali, Pereira, Valledupar y más.
“También hay veces que el territorio consume una canción, más no el artista. Tiene que ver mucho la música popular que ha ayudado mucho a que el regional mexicano suene, ya que son géneros que pueden ser parecidos y también que hay colaboraciones dentro del regional con la música popular”.
Agrega Ramírez.
Colombia es el segundo país latino, después de Guatemala, que más escucha música regional mexicana, según Spotify. Esta misma plataforma registró un crecimiento del 124% en 2023 en el país, mientras que Amazon Music registra un aumento del 249% en este 2024. Un crecimiento que han entendido los artistas colombianos que hacen “música popular o regional” para sumarse a esa oleada. Recientemente, Pipe Bueno firmó con la disquera Warner Music, precisamente en la búsqueda de esos espacios en el ambiente mexicano, que cada vez parece ir más en ascenso. Otro de estos es Luis Alfonso, quien recientemente grabó un “electrocorrido”, subgénero que también comienza a tomar fuerza dentro de la sombrilla de la música regional mexicana.
“Los electrocorridos abren el mercado para que djs o artistas o productores electrónicos se sumen en este género que muchas veces no lo ve viable. Es lo bonito de la música: cómo se abre un espacio o un mercado para que artistas productores y compositores, que no lo tienen como su fuerte, se sumen”.
Agrega Ramírez.
Los Premios Grammy, incluyeron en este 2024, una categoría adicional para la música regional mexicana. El género sigue expandiéndose en Colombia y otras partes del mundo. Eso sumado a que los artistas abogan porque ya no se les denomine como “música regional mexicana” debido a que dejaron de pertenecer a un territorio específico, en cambio, se han vuelto globales. Carin León es el que está abriendo un nuevo camino fusionando su música con el country, con el rock y otros géneros. El country, precisamente, es el género más escuchado en Estados Unidos y él lo tiene claro. Miguel Ramírez cree que ahí está el futuro del “regional mexicano”, al que aún le falta conquistar las categorías destacadas de los Grammy Latinos. Luego, quizá, podría dejar de llamarse como “regional”.